Muy queridos hermanos y hermanas:
Los aires de septiembre nos indican que la primavera está cerca, que el renacer de la naturaleza nos anima a “reverdecer” nuestra vida.
No es casualidad entonces que en este mes celebremos Fiestas Patrias y, en feliz coincidencia, el Mes de la Biblia.
Desde las semillas de la Palabra de Dios, Él mismo hará brotar en nosotros los valores, los principios, las actitudes, las decisiones para construir un Pueblo según su voluntad.
Vivimos tiempos de MIEDO AL FUTURO, por situaciones de violencia, de odios, de corrupción, de rivalidades, de narcotráfico, de consumismo, de denatalidad, de incertidumbres, de superficialidades, de permanentes inseguridades,… El “alma de Chile” está enferma, o, como nos dice el Papa Francisco, “la democracia está enferma”.
Sin embargo la FE nos abre a la ESPERANZA y al COMPROMISO de ser Apóstoles de Vida Nueva. El JUBILEO que celebraremos el próximo año 2025 tiene justamente como lema “PEREGRINOS DE ESPERANZA”.
Celebrar Fiestas Patrias no es solo recordar hechos del pasado, izar la bandera, comer empanadas y bailar cueca, sino que es esencialmente reconocer la valentía de nuestros antepasados en haber construido con sacrificio y sabiduría una Patria digna y pujante, que merece ser HOY fortalecida, según los nuevos tiempos, y abierta a los nuevos desafíos del bien común con mayor justicia, fraternidad y paz, sin excluir a nadie.
Prontamente habrán elecciones de algunas autoridades, y será fundamental elegir a las personas que nos hayan demostrado confianza en asumir tan relevante responsabilidad, pero cada uno de nosotros tenemos la noble y valiosa autoridad en nuestra familia, en nuestras organizaciones de base, en nuestras instituciones y en nuestras comunidades cristianas para construir esa Patria nueva que necesitamos, con urgencia.
Esperanza rima con confianza, pues son hermanas que van de la mano. Seamos agentes promotores de confianza y esperanza, pues las nuevas generaciones esperan este gozoso compromiso, esencialmente de las personas de fe, pues la democracia no es sólo un tema político-social, sino sobre todo espiritual, ético y cultural. Con razón el último domingo de septiembre celebraremos el Día de Oración por Chile, pues pedimos a Dios la fe, el amor, la sabiduría para hacer de Chile un PAÍS DE HERMANOS.
Santa María del Carmen, que guió a los Padres de la Patria e inspiró la vida de tantos santos y santas de nuestra Patria (algunos reconocidos y muchísimos anónimos), nos proteja bajo su manto de Misericordia, nos aleje de todo peligro y nos haga peregrinos de esperanza.
Fraternalmente les saluda y bendice,
+ Luis Infanti De la Mora, osm – Obispo Vicario Apostólico de Aysén