Para el resguardo y conservación de este “tesoro de la Iglesia de Aysén y la Patagonia aysenina” se efectuó este traslado a un espacio reacondicionado en calle Riquelme con Parra, a pasos de la catedral de Coyhaique.
Con una fraterna eucaristía de “memoria agradecida” por la vida, servicio y testimonio transformador y profético del Papa Francisco en el mundo de hoy, la Iglesia de Aysén se congregó en comunión con su obispo, sacerdotes y diáconos en la catedral de Coyhaique.
Un optimismo radical*: Cuando la persona que presidió la imposición de las cenizas el miércoles 5 de marzo marcó con una señal de la cruz sobre la frente a los presentes en el acto litúrgico; el objetivo era de señalar el inicio de la preparación a revivir 96 horas clave de la historia de la humanidad, desde el jueves por la noche hasta el Domingo de Resurrección, las horas más decisivas de toda la presencia del ser humano en la Tierra.
Todo el año litúrgico celebramos un único gran acontecimiento: la Pascua del Señor Jesús, su muerte y resurrección, su presencia liberadora hoy en nuestra historia y en nuestras comunidades.
Para el resguardo y conservación de este tesoro de la Iglesia de Aysén y la Patagonia aysenina se realizó este traslado a un espacio reacondicionado en oficina y salas del perímetro posterior de la catedral de Coyhaique.
El pasado viernes 28 de marzo como Vicariato nos enteramos de la sorpresiva partida a la “Casa del Padre” de José Miguel Navarro, miembro fundador del Movimiento Manquehue que hace más de 20 años, establecido en Mallín Grande, ora, vive y sirve junto a los pueblos del litoral del lago General Carrera. Compartimos, a continuación, la nota publicada por su comunidad con motivo de sus funerales en Santiago.