Para el resguardo y conservación de este tesoro de la Iglesia de Aysén y la Patagonia aysenina se realizó este traslado a un espacio reacondicionado en oficina y salas del perímetro posterior de la catedral de Coyhaique.

“Es un día importante para la Iglesia de Aysén —dijo Camilia Moletieri historiadora y encargada del proyecto de conservación— pero también para el patrimonio documental de la región. Este nuevo espacio reacondicionado fue pensado desde hace ya tres años para mejorar el depósito de estos documentos que contienen principalmente la historia de la Patagonia aysenina”.
“Hoy —agrega Camila— quedaron en un mejor lugar permanencia y conservación. Un espacio implementado con estantería de muy buena calidad, bajo un diseño de aprovechamiento de los metros cuadrados; y que por sobre todo cuenta con condiciones que son de alguna manera estables para que los documentos se conserven por mucho más tiempo al servicio del vicariato y, como lo dijo el obispo, con acceso a la comunidad”.
“En esta jornada —precisa— trasladamos 229 cajas con documentación del Vicariato Apostólico de Aysén que estaba en calle Baquedano. El archivo contiene la historia de la región de Aysén relatada desde distintas áreas. No es sólo la historia de la curia, de los sacerdotes o de las órdenes religiosas, por supuesto que sí; pero también abarca el devenir de la región, del mundo, en temas económicos, sociales, culturales, políticos; todo relatado desde otro actor clave: la Iglesia. Esto no es sólo eclesiástico, sino que es parte de cómo pensamos y de cómo una sociedad se construye desde su inicio”.
Lo que se viene
Respecto al trabajo realizado y lo que se viene, Camila expresa: “tenemos mucha convicción; hemos hecho un trabajo riguroso y esperamos el mejor día en cuanto a condiciones ambientales para hacer el traslado. Ahora siguen tres semanas de monitoreo para revisar que las cajas estén bien, los soportes en buen estado; que no haya ocurrido ningún accidente o pérdida de documento. También, observamos las condiciones de temperatura y humedad del archivo, y finalmente hacemos el trabajo administrativo de la gestión documental: cotejar el índice, verificar lo inventariado, lo que llegó; y poder conversar con el Vicariato un protocolo para el acceso de esta información, y dejar sugerencias de cuidado y mantención. Y más adelante aún se iniciará el proceso de digitalización de material más sensible de colección”.

“Zambullirse en el origen”
Al pensar en estos años de proyecto Camila comparte que “es como un tremendo viaje a la identidad de uno, y de todos quienes habitamos Aysén; creo que nadie puede dimensionar la potencia de los relatos que hay aquí; desde temas tan pueriles y cotidianos como la compra de una casa, de un hogar; hasta momentos muy sensibles de la historia de Chile, en que la Iglesia tuvo un rol súper importante”.
“Pero, sobre todo —destaca Camila— emociona ver cómo empezamos siendo un pueblo tan pequeño donde la Iglesia, por ejemplo, fue un actor principal para escribir la historia educacional de Aysén; o también observar el desarrollo de los medios de comunicación: la radio, la prensa; encontramos guiones de los programas del año 70,… Es un zambullirse en el origen. La verdad es que todo conmueve porque creo que hay una visión compartida de que hacer una región como esta, ha sido difícil, y acá hay harto respaldo documental de eso”.

Padre obispo Luis: “Un tesoro escondido”
El padre obispo Luis Infanti, principal promotor de la conservación de este archivo afirma que: “estamos ante la presencia de un tesoro escondido porque hay una cantidad de documentación de todo tipo que refleja una historia muy rica, abundante y significativa de la Iglesia de Aysén para el desarrollo de Aysén. Un impulso religioso, cultural, histórico. Creo que realmente se debe alabar la labor de Camila Moletieri y Sebastián Saavedra —antropólogo— quienes reclasificaron todo este material”.
“Y el próximo paso es también muy relevante: dar a conocer, no sé si todo, pero gran parte de esta documentación, que es muy valiosa para entender lo que ha significado la Iglesia de Aysén para esta región, la Patagonia y el país”.