Muy queridos hermanos y hermanas:
llegue a ustedes un fraterno saludo que marca mensualmente este encuentro mediático.
Todo el sector escolar puede disfrutar de unas serenas vacaciones invernales, mientras que religiosamente atravesamos el año del JUBILEO y los 70 años de creación del Vicariato Apostólico de Aysén.
Julio es el mes que centramos nuestra devoción en la Virgen del Carmen, el cual, junto a los meses de agosto (Solidaridad) y septiembre (Patria), forman una terna de meses que marcan nuestra identidad.
Pues la Patrona de Chile quiere ver a TODOS sus hijos e hijas sembrando paz, justicia, fraternidad, en una palabra, solidaridad, para construir una Patria de hermanos. Artesanos, tejedores, campesinos, pescadores de la fe.
La Virgen del Carmen no es una estrella que brilla con luz propia, pues ella irradia la luz de Cristo, como tierna madre y discípula, manifiesta y celebra la acción potente del Espíritu en ella, profesa su fidelidad y santidad del Padre Dios, y por ello su humildad la hace SIERVA de Dios y de su Pueblo, capaz de proclamar las maravillas de Dios en ella. Nuestra devoción, en Aysén como en todo Chile, nos hace cercanos a su vida y a su misión.
En estos tiempos de guerras y enfrentamientos en el mundo, tiempos de corrupción y violencia en Chile, tiempos de tensiones políticas, de estragos del narcotráfico, de grave deterioro del Planeta, de secularismo o indiferencia religiosa, del poder de las tecnologías, de una POLICRISIS DE LA HUMANIDAD (humana, social, ecológica, cultural, económica, religiosa, política, ética, ideológica, moral, …) nuestra fe juega una misión esencial para darle un rostro nuevo a la ESPERANZA DE LA HUMANIDAD, pues desde la FE el Espíritu de Dios crea hombres nuevos, tiempos nuevos. Son los milagros de la fe, donde lo que parece imposible para los hombres, es posible para Dios.
Nos ponemos en sus manos, fortalecemos nuestro compromiso espiritual, proponemos nuevos estilos de vida y opciones centrados en el AMOR a Dios, a nuestros hermanos y a nuestra hermana madre tierra.
“Hace más ruido un árbol que cae, que un bosque que crece”. Seamos parte de este bosque de bien, de bondad, de esperanza, de alegría, de solidaridad que hace crecer a nuestras familias, comunidades, organizaciones, instituciones, hacia una Patria bella, sana, fraterna. Desde la Patagonia podemos tener esta valentía, pues nuestros antepasados nos han legado una historia y una cultura de profetas de esperanza.
Que Santa María del Carmen, nos eleve a las cumbres de la fe para hacer florecer un “jardín de Dios” en nuestra querida Patagonia.
Unidos en la oración, les saluda fraternalmente y bendice
+ Luis Infanti De la Mora – Obispo Vicario Apostólico de Aysén