Muy queridos hermanos y hermanas:
Santa María, madre de ESPERANZA, nos acompañe y aliente en ser misioneros de paz.
La primavera ya hace brotar flores y vida nueva en la naturaleza, también en nuestra Patagonia.
¿Cómo no entrar en armonía y comunión con ella?
Vida nueva que podremos encontrar en la devoción a la Virgen, Discípula, Madre y Peregrina en el Mes de María que celebramos en nuestras comunidades y en nuestras familias. Ella es la que mejor nos acerca al Jesús Hombre y Dios, SALVADOR de esta Humanidad, aún atrapada por el pecado, pero con la esperanza cierta que la VIDA RESUCITADA triunfa siempre.
Ella nos animará a la ESPERANZA, en medio de tantas aflicciones, incertidumbres, injusticias, violencias y desprecios a la Vida. Con ella peregrinamos día a día como discípulos de Jesús y protagonistas – artesanos de paz.
En este Mes bendito, para nuestra Iglesia de Aysén, intercedamos en nuestra oración para que Santa María nos haga crecer en sinodalidad y haga surgir y fortalecer VOCACIONES de servicio, en el sacerdocio, en el diaconado, en ministerios laicales.
La Jornada Mundial de los Pobres será también un hito para participar en nuestra misión eclesial, en sintonía con la misión evangelizadora de Cristo. El mensaje del Papa Francisco para esta Jornada nos anima a la acción, desde las raíces de la espiritualidad, pues la paz se construye con acciones de justicia, fraternidad social y amor.
Con Santa María nos encaminamos hacia el Jubileo del próximo año, para que Cristo sea LUZ DEL MUNDO, ESPERANZA DE LOS POBRES, SEÑOR DE LA PAZ, SALVADOR DE LA HUMANIDAD. Con María, también nosotros decimos “SÍ, aquí estoy, Señor, para hacer tu Voluntad”.
En este tiempo elevo a Dios mi acción de gracias también por todo el Pueblo de Dios que peregrina en la Patagonia, que me ha ayudado a SER PASTOR, desde hace 25 años, sirviendo, con mis limitaciones y lentitudes, al caminar evangelizador en esta nueva época de la Humanidad. Pido a Dios que me ayude a ser siempre promotor de COMUNIÓN, profeta de Justicia, misionero en una Iglesia Sinodal, animador de los carismas que el Espíritu hace surgir en medio de su Pueblo. Confío por ello en la oración de ustedes.
Unámonos en oración y aliento también por todas las personas que últimamente han sido elegidas en nuestra Región de Aysén para asumir alguna responsabilidad política, para que sirvan al bien común desde los más pobres y promuevan el amor, el respeto y el cuidado de nuestra Patagonia, lugar privilegiado del Planeta y patrimonio de la Humanidad.
Que el Amor de Dios haga brotar una nueva primavera de espiritualidad en cada uno de nosotros, en nuestras familias, comunidades, organizaciones e instituciones.
Con un abrazo de paz, les saluda y bendice,
+ Luis Infanti De la Mora, osm – Obispo Vicario Apostólico de Aysén