FIESTA DE LA ASUNCIÓN DE LA MADRE DE JESÚS

Asunsion
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El 15 de agosto, en pleno verano en el hemisferio norte e invierno en el hemisferio sur, se celebra la fiesta de la Asunción de la Madre de Jesús en la Eternidad.

Intentemos entender un poco más de qué se trata.

Ampliando el horizonte

De manera gradual en las comunidades eclesiales se comenzó a reconocer la necesidad de aclarar en qué consistía creer, es decir, en dar un contenido a la fe en Jesús Cristo.

Con el tiempo se definieron algunos puntos firmes para la orientación de los cristianos, en cualquier lugar vivieran.

Técnicamente tomaron el nombre de DOGMA que quiere decir, una convicción documentada, un decreto.

En otras palabras, son afirmaciones sobre algunos argumentos de la fe, considerados normativos, porque son compartidos por la comunidad organizada de los creyentes.

Son respuestas a la pregunta: ¿En qué crees? ¿En qué creemos?

¿Por qué son importantes los Dogmas?

Porque sin ellos no habría comunidad de fe, más bien habría individuos con convicciones personales.

Una fe que no se puede comunicar no puede ser compartida: es una comunicación clara del contenido lo que permite sea aceptado o rechazado.

Si no podemos comunicar (por lo menos parcialmente) lo que creemos, en realidad no creemos en nada.

Una fe sin dogmas es una fe vacía, porque no puede comunicar contenidos.

El dogma, al mismo tiempo, define los límites de mi comunidad de pertenencia, por qué aceptar o rechazar uno, cambia el contenido de mi fe.

Cuatro verdades

La Iglesia Católica en lo que dice relación con la Madre de Jesús, proclama cuatro verdades fundamentales:

– María es la Madre de Dios, la que ha generado, llevado en su vientre, dado a luz y criado a Dios.

– María, ha sido privilegiada, repleta de gracia por parte de Dios.

– María, si bien Madre, ha permanecido completamente integra en su persona física y espiritual en el dar a luz a Jesús

– María estuvo al final de su vida, en un estado de espera de la resurrección, algo parecido al estado de la hija de Jairo (Marcos 5, 21-43): Jesús dice:” Ella no ha muerto, más bien duerme” antes de devolverle la vida.

Expresa no un estado, sino un pasaje hacia otro estado, es decir la resurrección

Los cuatro dogmas quieren llegar a presentar a María, no tanto como persona individual, por el contrario, nos presentan quien es María, en referencia a Cristo y también a nosotros.

Focalicemos la mirada en la fiesta de hoy

El Dogma que festejamos el 15 de agosto dice que: concluida su vida terrenal, María vive la misma condición de su Hijo Resucitado.

Ella ha vivido una Pascua = paso entre la muerte y la vida “inspirada” en la de Jesús, de manera especial en el final, porque María, desde ahora, vive plenamente la vida de resucitada, es decir, el estado futuro prometido por Dios para toda la humanidad.

Junto a los otros dogmas marianos, se quiere transmitir que María representa a todos los que creemos en su Hijo; representan juntos a Jesús Resucitado la primicia de la humanidad nueva.

María es la primera discípula de Jesús en cumplir junto a Él, todo su itinerario existencial.

Ella ha sido lo que nosotros somos y nosotros seremos, lo que Ella es.

María ha colaborado activamente con la Gracia de Dios a estos dones que ha recibido como señal de la bondad gratuita de Dios hacia Ella y, por consiguiente, hacia la humanidad entera.

La Escritura revela un Dios que hace dones grandes simplemente porque los quiere hacer y que María sigue a su Hijo de inmediato, al final de su vida también en la Resurrección y Ascensión al cielo, es decir en la nueva realidad que espera toda la creación.

María participa de la condición actual de su Hijo Resucitado porque ha vivido profundamente el Evangelio, Ella es como la Cruz del Sur que es un punto de referencia ineludible para orientarse en el mar… Ella es la Estrella del Mar; en el Mar de la Vida María señala la ruta segura del Evangelio.

Al final de estas breves reflexiones estamos invitados a crecer en la fe que hemos recibido y elaborarla, personal y comunitariamente, así podremos transmitirlas a las generaciones jóvenes.

¡Buena Fiesta y Buena Celebración!

Plácido Ferracini – Encargado Vicarial de Formación

Nota: Para este artículo me he inspirado libremente a la reflexión del sacerdote Gianmario Pagano de la Diócesis de Roma