LA CRUZ: SIGNO DE VICTORIA Y DE GLORIA

Padre obispo Luis dic 2024
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Muy queridos hermanos y hermanas:

Cristo Resucitado saluda con la PAZ. Ese mismo saludo me es grato dirigirles a ustedes, especialmente en este tiempo Pascual.

Luego de un tiempo de oración, marcado con Palabra de Dios y solidaridad (tiempo de Cuaresma), ¡estalla la alegría de Cristo Resucitado!

Nos hemos acercado a la CRUZ, la hemos visto, la hemos tocado, la hemos venerado, la hemos “actualizado”.

Pero la CRUZ es un signo, que adquiere valor y significado por quien la lleva y la asume: CRISTO.

Originalmente es un instrumento de muerte, en ella eran sacrificados los malhechores, los bandidos, los delincuentes, los ladrones y violadores de la vida y de la dignidad humana.

Cristo quiso asumir este instrumento de muerte, también por las autoridades de su tiempo y por la presión del pueblo (¡crucifícalo, crucifícalo!), para transformarlo en signo de victoria y de gloria.

Desde la Cruz Cristo reina, en este “trono de gloria”. Lo asume POR AMOR, pues “No hay Amor más grande que DAR LA VIDA por los amigos”.

Y Dios Padre RESUCITA al Cristo de Dios, vence a la muerte, derrumba el pecado, triunfa la LUZ frente a las tinieblas, florece el PARAÍSO en el desierto de la inhumanidad y de las injusticias.

Frente a tan deslumbrante y gloriosa ACCIÓN DE DIOS, el Pueblo de Dios CELEBRAMOS LA VIDA, EL AMOR, LA MISERICORDIA, EL PERDÓN, LA JUSTICIA DE DIOS, LA PAZ.

No hay realidad más grande que esta, realidad que marca nuestra vocación y nuestra misión como Hijos e Hijas de Dios.

Especialmente en este año de JUBILEO, en que Cristo nos abre de par en par las puertas de la ESPERANZA.

Esperanza en que el AMOR venza al odio, la PAZ venza a la violencia, la ALEGRÍA venza a la tristeza, la MISERICORDIA venza a la venganza, el SERVICIO venza al autoritarismo, el COMPROMISO venza a la indiferencia.

Dios, en Cristo Resucitado, enciende esta “chispa” de VIDA-AMOR-PAZ en cada uno de nosotros. Chispa que necesita ser alimentada con la oración, con la Palabra de Dios, con los sacramentos, con la vida en comunidad de fe. De allí florecerán nuestras buenas obras de solidaridad hacia los “afligidos” de hoy, que son muchos, y que claman de muchas maneras y con múltiples expresiones que ALGUIEN los socorra.

Para esta noble y santa MISIÓN, como Apóstoles de hoy, en nuestra Iglesia de Aysén tenemos unas ORIENTACIONES PASTORALES para intensificar nuestro testimonio comunitario en los próximos años.

Les INVITO encarecidamente a concretizar estas Orientaciones en cada una de nuestras Comunidades Cristianas, Movimientos Apostólicos, Colegios, … para crecer en la fe, ser signos creíbles de nuestra fe, ayudar al caído a levantarse, embellecer los rostros desfigurados por el pecado. Esta es la vocación y la misión de cada BAUTIZADO, trabajando JUNTOS, en COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN.

Quien mejor que la Virgen María para guiarnos hacia “cielos nuevos y tierras nuevas” donde florezca la PAZ y la alegría de vivir como hermanos, con ternura y solidaridad.

Que el Señor de la VIDA RESUCITADA nos acompañe, proteja de todo peligro y nos BENDIGA, fraternalmente

+ Luis Infanti De la Mora, osm – Obispo Vicario Apostólico de Aysén