Esta fecha planetaria se celebra el martes 22 de abril. En su 55ª edición su el lema es: “Nuestro Poder, Nuestro Planeta”.
Es una efeméride concentra la petición de cientos de miles de personas de consolidar una alianza global para actuar, innovar e implementar medidas de protección del medio ambiente entre todos: empresas, gobiernos, Iglesias y ciudadanos. Todos representados y todos responsables.
Esta jornada visibiliza la importancia de nuestro planeta y la conservación de sus ecosistemas en todos los continentes y océanos. Así, cada año se movilizan miles de individuos y comunidades unidos en un enorme movimiento internacional ecologista y social.
En el día de la Tierra: un llamado urgente a vivir al estilo “Laudato Si”
Sin duda vivimos un tiempo de grandes desafíos económicos, sociales, pero especialmente ambientales. Con gran alegoría se habla de transición energética, economía circular y nos hemos transformado en líderes en generación de energía renovable.
Sin embargo, la ciencia, por estos días, nos ha confirmado que estos logros por sí solos no serán suficientes para evitar el aumento de 1,5° temperatura a consecuencia del cambio climático que se estableció para evitar situaciones extremas.
En palabras simples, estamos viviendo como ranas en una olla, sin darnos cuenta de que nuestro planeta, océanos y desigualdades aumentan de temperatura aceleradamente. Pero un panorama no tan feliz, no es del todo malo. Así, parece providencial que este Día de la Tierra surja con fuerza el mensaje de la encíclica Laudato Si, que nos invita a enfrentar con astucia, esperanza y convicción estos desafíos.
En ella, Francisco nos invita a ser protagonistas del cuidado de la “Casa Común”, atreviéndonos a adoptar cambios hacia un consumo más consciente y lejos de la cultura del descarte, promoviendo la protección del agua y la naturaleza, pero especialmente urgiéndonos a hacer mayores esfuerzos por educar y promover la Ecología Integral en nuestra vida, familia, escuelas, trabajo y todo ámbito de acción en el que nos desenvolvamos. Es tiempo de asumir con urgencia estos grandes desafíos, pero no hay que hacerlo de cualquier manera, sino al estilo “Laudato si”.
Este clamor también es un grito desde nuestra Patagonia aysenina amenazada constantemente en sus más bellos, e únicos tesoros naturales, con una promesa de progreso, desarrollo y bienestar que solo trae extracción y despojo de los territorios cuando los “grandes emprendedores” se van con sus ganancias y no asumen su responsabilidad social.
Como Iglesia se Aysén invitamos a sumarse a esta celebración del Día de la Tierra en nuestras comunidades, parroquias y colegios, desde la mirada, siempre audaz y exigente, de la encíclica Laudato Sí, inspirada en la Buena Nueva del evangelio de Jesús, amigo y maestro de todos.